A lo largo de la vida, son muchos los momentos donde las personas podemos experimentar estados de ánimo disfóricos (tristeza, ansiedad, irritabilidad). Es algo común, pero cuando estos estados emocionales se vuelven frecuentes pueden convertirse en un problema y afectar al equilibrio de la persona, así como su forma de vida y su entorno.
Cuando una persona está clínicamente deprimida o ansiosa, su capacidad de funcionar tanto mental como físicamente, se ven afectadas, prolongando esta situación durante meses o incluso años.
La ansiedad clínica se experimenta cuando tenemos gran cantidad de preocupaciones, teniendo la sensación de que estas escapan a nuestro control y nos provocan un malestar significativo, lo que a su vez dificulta aún más el problema. Los síntomas varían según la persona, pero son comunes el agotamiento, la fatiga, las alteraciones en el sueño, la concentración y el apetito, la irritabilidad y las sensaciones corporales de nerviosismo (taquicardia, falta de aire, sudoración excesiva, mareo), etc.
La distimia es una forma leve, pero crónica, de depresión. Con síntomas menos intensos, pero que de igual manera interfieren en la vida de la persona.
La depresión clínica se experimenta cuando persiste una sensación de vacío, tristeza, pérdida, ira o impotencia se prolongan en el tiempo y rebasando las habilidades y recursos de afrontamiento de la persona que lo padece. Los síntomas pueden variar en función de la persona, pero es común presentar un bajo estado de ánimo durante la mayor parte del día, la falta de interés por actividades placenteras, alteraciones en el sueño, la concentración y el apetito, irritabilidad, sentimientos de inutilidad o culpa, llegando en ocasiones a presentarse ideación suicida.
Trastornos adaptativos tales como dificultades emocionales, divorcio, separación, problemas relacionales, dificultades laborales, dificultades en la crianza con los hijos, diagnóstico de una enfermedad y otras muchas situaciones donde el problema esta claramente definido, generando malestar significativo sobre la persona que lo padece.
“Si en algún momento te sientes angustiado, deprimido o ansioso y crees que necesitas encontrar nuevas formas de encarar la situación a la que te enfrentas, pide ayuda, podemos ayudarte.”