La práctica de mindfulness nos enseña a observar la vida con paciencia, sin juicios, con amabilidad y curiosidad, de la misma forma en que la ve un niño.
¿Cómo puede ayudar esto a los usuarios/pacientes?
Cuando decidimos observar nuestros pensamientos, nuestros actos, o las situaciones que nos rodean, sin intervenir y sin juzgar, logramos gracias a la práctica, que éstos no nos arrastren y nos permite adquirir mayor perspectiva y actuar como realmente deseamos, y mediante el piloto automático o nuestros impulsos.
La autocompasión es el bálsamo que repara aquello que nos duele al ser conscientes de lo que nos rodea, de nuestros pensamientos y actos que nos hacen sufrir a nosotros y a los demás. Nos enseña una forma de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás desde un punto de vista igualitario, sin sentirnos superiores a aquellos que sufren en algún momento, aceptando activamente aquello que no podemos cambiar, haciendo lo posible por sentirnos completos en un mundo que sufre.